Notas Insomnes

Es que cuando no puedo dormir, escribo.

Creo, pero sólo creo, que cuando se está en el fragor de la militancia (y no sé por qué cuando digo militancia pienso en la palabra "apostolado") a uno le cuesta ver más allá de sí; más allá de la verdad que defiende, más allá de su propio convencimiento. Es por eso que cuando veo a jóvenes K, a la JP, a la Juventud Radical, a los marxistas o leninistas o maoístas o hitlerianos o lo que sea, me corre un frío por la espalda. Porque me da la sensación de que están ciegos en su fe, tan ciegos como la mujer que sigue a un pastor y le deja el diezmo, el último centavo que tiene, ése que le puede dar de comer esa misma noche. Confieso que escribo esto y pienso en mi realidad, en hoy y ahora, en los miles de kirchneristas a los que les temo por su ceguera, porque creo que yo puedo reconocer los aciertos de este gobierno, pero hasta el momento hubo muy pocos "convencidos" que me hayan podido enumerar los errores de Néstor y Cristina. Más todavía, gritan enajenados que quieren "cuatro años más", recitan los errores de la oposición de memoria y casi como en un mantra vuelven a repetir sus verdades aprendidas de memoria. Mientras tanto, creo y sólo creo, vamos al trote hacia una división cada vez más profunda de la sociedad.

Cierro. No creo que entre los jóvenes eufóricos haya auténticos convencidos y muero de intriga al saber qué va a pasar con toda esta gente si Cristina llega a perder las elecciones.

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    José
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